Las células
polares son
fenómenos atmosféricos que se forman
en la región de los polos.
La subsidencia en
las proximidades de los polos
produce una corriente
superficial en dirección al ecuador,
que es desviada, formando los vientos
polares de leíste, en ambos hemisferios.
El encuentro de los vientos polares
que se mueven para el ecuador con la
corriente de oeste de bajas
latitudes (calientes) forman los
frentes polares.
El aire frío de niveles superiores
en las zonas polares, genera
subsidencia sobre los polos,
produciendo por compresión altas
presiones en superficie y
divergencia. A su vez la divergencia
produce un flujo de aire en
superficie desde los polos hacia
latitudes subpolares, que es
desviado por la fuerza de Coriolis,
generando un sistema de vientos
conocidos como los estes
polares, entre
los polos y los 60º de latitud.
Alrededor de los 60º de latitud se
produce convección y flujo hacia los
polos en altura, cerrándose una
celda de circulación directa que se
le llama celda
Polar.