Desde la celda de Hadley, por la
divergencia en latitudes medias, la
rama del flujo en superficie que se
separa hacia los polos, es desviado
por el efecto Coriolis,
produciéndose una fuerte componente
hacia el oeste, generando un sistema
de vientos conocidos como los vientos
del oeste o
westerlies. Estos vientos del oeste
son más variables en intensidad y
dirección y son de la mayor
importancia en el mantenimiento del
balance de calor a nivel global. Por
otra parte, desde la celda polar se
tiene un flujo de aire polar frío en
superficie hacia latitudes
subpolares, con importante
componente del este. Este aire polar
frío, se encuentra con los vientos
del oeste más cálidos de latitudes
medias, produciéndose, al contrario
de lo que ocurre en la región de
convergencia de las calmas
ecuatoriales, una región de
convergencia de vientos muy intensos
y variables.
A la que franja latitudinal de
convergencia de ambos sistemas de
vientos se le llama la región del frente
polar.
Es la región más dinámica de la
atmósfera, donde se desplazan de
oeste a este, en promedio, los
centros ciclónicos que se asocian a
los sistemas frontales de latitudes
medias, generando un tiempo con
vientos muy intensos y variables,
con abundante nubosidad y
precipitación.
En la región del frente polar se
produce convección desde superficie
y en altura flujo más frío hacia el
norte, que desciende en la zona de
subsidencia de latitudes medias,
cerrándose una celda de circulación,
llamada celda
de Ferrel, que
se desarrolla aproximadamente entre
30º - 60º de latitud.
Observamos que
la celda de Ferrel es indirecta
porque el aire cálido es forzado a
descender en latitudes subtropicales
en torno a los 30º y a moverse en
superficie desde latitudes
subtropicales más cálidas hacia
zonas subpolares más frías, donde el
aire frío es forzado a elevarse.
Como depende del comportamiento de
los sistemas frontales, su
estructura es muy irregular,
desapareciendo en ocasiones y
volviéndose después a formar, y por
ser indirecta, es muy inestable.